Dependencia. Me rompre soberanamente las pelotas que no tengo hablar de ese tema. Amo las charls pofundas con mis amigas, las que se estiran y terminan hablando de aspectos de la vida que no se tocan todos los días. Pero cuando la conversación se torna para ese lado, me dan ganas de llorar y gritar, o simplemente pararme e irme. Opino, oponiendome totalmente a una de mis mejores amigas, que otra persona si puede hacerte sentir mejor con vos misma. Depender de alguien es como una enfermedad que te contagias de un momento para el otro, y no podés combatir- En ese momento estás bien con eso, porque estás atrapado pero acostumbrado, y eso es lo que conocés, lo que sos y tu forma de vivir. No precisamente porque la elegiste, pero una vez que se dió así, no querés abandonarlo.
El gran problema gran, es el después. Cuando eso de a lo que estás aferrada, desaparece. Sea por la razón y forma que sea; se desvanece. ESE es el problema de la dependencia, no el hecho en sí. Es cuando quedás destrozada inside, y con un desorden interno que tu cerebro sigue sin poder superar del todo.
Y no, no tuve ganas de decir esto cuando tuve la oportunidad dentro del debate. Ninguna de todas las veces. Prefiero seguir sumando el volumen de mi trauma interno, y explayarlo en mi amado blog. Mientras tanto, mueran.
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